En este Día Mundial de la Población, nos tomamos un momento para reflexionar sobre cómo podemos apoyar a las comunidades que se encargan de alimentar al resto del mundo.
Los pequeños agricultores son actores clave de nuestros sistemas alimentarios mundiales, ya que producen más de un tercio de los alimentos del mundo.
Paradójicamente, muchos de los 660 millones de personas que se prevé que seguirán pasando hambre en 2030 son agricultores.
Los pequeños productores de todo el mundo se ven a menudo privados del sustento básico y luchan por cubrir sus necesidades básicas. Esta falta de seguridad alimentaria crea círculos viciosos de pobreza.
¿Por qué los agricultores que alimentan al mundo tienen dificultades para alimentarse a sí mismos y a sus propias familias?
Hay una serie de factores interconectados que conducen a la inseguridad alimentaria en las comunidades rurales.
Además de la lejanía, la falta de infraestructuras de transporte y almacenamiento y las dificultades para competir con las grandes empresas, algunos de los retos a los que se enfrentan estas comunidades productoras de alimentos son:
Recursos agrícolas limitados, como tecnologías modernas, semillas de calidad, fertilizantes respetuosos con el medio ambiente y sistemas de riego. Esto hace casi imposible que los agricultores aumenten la productividad de sus explotaciones y produzcan más alimentos de los que se venden.
Las largas cadenas de valor y la falta de acceso a los mercados hacen que los pequeños agricultores dependan de intermediarios, tengan poco poder a la hora de negociar precios justos y luchen por llegar a nuevos mercados.
El cambio climático y sus repercusiones, incluidos los patrones meteorológicos impredecibles, las sequías y las inundaciones, tienen un efecto negativo en los cultivos y los recursos naturales, lo que provoca pérdidas en la producción de alimentos.
Guerras, pandemias y catástrofes naturales, como hemos visto en los últimos años, interrumpen las cadenas de suministro de alimentos, obligan a la gente a perder su empleo y desarraigan a las comunidades locales. En la mayoría de los casos, estas crisis agravan el ciclo de la pobreza.
En este contexto, las pequeñas y medianas empresas (PYME) locales han surgido como faros de esperanza.
¿Cómo luchan las PYME contra la inseguridad alimentaria en las comunidades rurales?
En estas comunidades rurales, las empresas locales de bioeconomía son pioneras en una nueva era de agricultura sostenible.
Las PYME de estas comunidades contratan a pequeños agricultores, se abastecen de ellos, o ambas cosas, y les proporcionan ingresos dignos.
Además, ayudan a los pequeños agricultores a:
Cultivar variedades autóctonas y otras variedades alimentarias no comerciales
Adoptar prácticas agrícolas regenerativas y ecológicas
Minimizar las prácticas perjudiciales para el medio ambiente
Mediante estas acciones, los pequeños agricultores pueden desempeñar un papel crucial en la creación y el mantenimiento de sistemas alimentarios sostenibles y en el refuerzo de la biodiversidad.
El poder transformador de las PYME en las comunidades rurales productoras de alimentos
Un ejemplo es NESsT Amazonia enterprise Associação dos Trabalhadores Agroextrativistas da Ilha das Cinzas (ATAIC). Esta asociación se dedica a generar oportunidades de ingresos para las familias locales de Ilha das Cinzas, una remota isla situada en la desembocadura del río Amazonas, en Pará (Brasil), con acceso limitado a los recursos.
Dirigida por residentes de la isla, la asociación ayuda a 280 familias recolectoras a abastecerse de semillas y frutos oleaginosos amazónicos -que se recogen sin talar un solo árbol- pagando precios justos por sus productos.
Además, la ATAIC ofrece a sus miembros formación sobre producción, sostenibilidad y orientación empresarial.
A través de su trabajo en la isla, ATAIC ha:
mayor disponibilidad de recursos esenciales para los habitantes
cadenas de valor reforzadas, de la gamba al açai
implantado un modelo de saneamiento ecológico
apoyo a las mujeres para que ocupen puestos directivos
Las actividades de la ATAIC aumentan los ingresos de los proveedores que viven en la isla, al tiempo que preservan el medio ambiente y los medios de producción de otras especies alimentarias, contribuyendo así a la seguridad alimentaria y mejorándola.
NESsT Amazonia trabaja para fortalecer las PYME locales de bioeconomía en la cuenca del Amazonas con asistencia empresarial y recursos financieros. Unas PYME prósperas impulsan la demanda de bienes y servicios producidos localmente, generando oportunidades de empleo que pueden transformar zonas subdesarrolladas en economías vibrantes. La inversión en pequeños agricultores locales permite a éstos seguir produciendo alimentos que alimentan a sus familias y al mundo.
Las PYME locales del sector de la bioeconomía son el motor del cambio transformador y proporcionan recursos y oportunidades a las comunidades que alimentan al mundo.