Las mujeres son la clave para aliviar la pobreza en los países emergentes y de renta baja.
NESsTEn la actualidad, el 51% de las empresas de Portafolio son propiedad de mujeres y el 44% de los equipos directivos están formados por mujeres. Históricamente, la mitad de los puestos de trabajo creados por las empresas de NESsT Portafolio han empleado a mujeres y el 70% se han dirigido a mujeres como empleadas, proveedoras o clientes.
Dadas estas características, NESsT estaba convencida de que necesitaba desarrollar métricas de género y prácticas inclusivas de género, tanto desde una perspectiva moral como empresarial.
Al aportar una perspectiva de género a sus negocios, las empresas comunitarias funcionan de forma más eficiente y eficaz y pueden lograr un mayor impacto.
El trabajo de su Portafolio demostró en repetidas ocasiones la importancia de tener en cuenta las voces de las mujeres, sus realidades, así como sus vulnerabilidades y barreras, con especial énfasis en las mujeres indígenas y de bajos ingresos a la hora de desenvolverse en los entornos doméstico y laboral.
NESsT Portafolio ALREDEDOR DEL MUNDO
NESsT también se dio cuenta de que aumentar la participación de las mujeres en puestos directivos y de toma de decisiones, así como mejorar la vida de las empleadas y proveedoras, tiene sentido desde el punto de vista empresarial.
En menos de 8 meses, conseguimos lo siguiente:
Evaluación de nuestro marco actual de inversión de impacto.
Propuso un nuevo marco de lentes de género y un conjunto de métricas.
Hemos puesto a prueba estas nuevas métricas con nuestros empresarios y las personas a las que afectan, y nos hemos basado en lo que hemos aprendido.
Se ha creado un nuevo marco que ya se está aplicando.
Esto ha supuesto ajustar nuestras herramientas de medición del impacto, trabajar con nuestra Portafolio para asegurarnos de que comprenden la dinámica de género de su negocio y ayudarles a incorporar políticas y prácticas que tengan en cuenta la perspectiva de género.
Esperamos que otros inversores y proveedores de capacidades empiecen a adoptar un marco de inversión con perspectiva de género (GLI).
Requiere la asignación de recursos, por supuesto, pero incluso pequeños pasos hacia la medición de estos indicadores traerán grandes recompensas. Advierto a mis colegas que no se dejen abatir por quienes buscan el perfeccionismo en el seguimiento del impacto y exigen costosos sistemas de control. Esto no es necesario.
Recabar CUALQUIER aportación de los afectados por nuestras empresas nos llevará muy lejos.